domingo, 6 de marzo de 2016

Pinturas al óleo en orden cronológico. 1995-2004. Málaga. Un joven pintor profesional.


"Frascos de farmacia" ADQUIRIDO

Luis Alberto Romero nace en Soria en 1970, y ya en 1984 empieza a dar sus primeros pasos en el mundo de la pintura, iniciando su trayectoria con varias exposiciones en su ciudad natal.
Hace un año decide acercarse al mar y se instala en Málaga, ejerciendo esta ciudad andaluza gran influencia en la presente etapa del artista, sobre todo a nivel de técnica, cada vez más depurada, pero sin olvidar en ningún momento la temática figurativa característica de su etapa castellana.
Sin duda en sus últimas obras se aprecian los conocimientos adquiridos bajo la tutela del pintor malagueño Ruiz Blanco, con quien Luis Alberto ha entendido su verdadero viaje a través del arte.

Berta Sanz Aldea. 1996.


"Relaciones" ADQUIRIDO

El lenguaje artístico es el vehículo que emerge de las profundidades psíquicas de la conciencia lo más auténtico del espíritu, lo más puro del alma y no está mediatizado por ningún tipo de estructuras o formas lógicas que puedan transformar la genuina y original expresión.
Acudimos a esta cita curiosos, deseosos de buena pintura joven y renovadora, pero lo hacemos como cuando contemplamos el atardecer, el ocaso, desnudos libres de taras psicológicas y abiertos a todo aquello que acontece en ese instante liberador.
Sólo de esta forma podremos admirar la obra de este nuevo valor de la pintura realista. Pintura impregnada por el toque elocuente de lo clásico en su ejecución, aunque con claras connotaciones vanguardistas en su concepción.
Temática, buen hacer y frescura, hacen de esta exposición una muestra de inmejorable interés artístico.
Por todo ello animo a que disfrutéis de estas obras, que no son más que la sincera expresión de este joven artista, Luis Alberto Romero.

Ruiz Blanco, pintor. 1997.

"El desayuno" ADQUIRIDO

La inmaculada blancura, en ocasiones insoportable, del lienzo, provoca desde su lasciva virginidad deseos irrefrenables de posesión. Hay que doblegarla, cubrirla, taparla, violar su intimidad para que al perder la inocencia en la mirada permita al artista vislumbrar el alma que yace dormida en el interior, y en su empeño de interpretarla se convierta en un hacedor de sueños inalcanzables… en un buscador de nuevas realidades.

Berta Sanz Aldea. 1997.

"El aseo" ADQUIRIDO

Sutil evidencia de lo pasado;
enigmática niebla
que envuelve el momento transcurrido;
escenas fantasmales que,
como lacónicas huellas de lo vivido,
despiertan de su involuntario sueño
con un suspiro,
respondiendo a las suaves caricias del pincel
con silenciosos susurros
de melodías muertas, olvidadas, trasnochadas,
que hablan de viejas historias sin retorno,
sin principio ni final,
y que quedan suspendidas
del doble filo de la razón.

Berta Sanz Aldea. 1998.

"He soñado contigo" ADQUIRIDO

"Añoranza rural" ADQUIRIDO

"La Trova" ADQUIRIDO


Un crepúsculo de Castilla, en un coto cerrado de caza, unas botas sobre el fondo de una pared añil que quiere ser cielo en su acabamiento, unas maderas que crujen sin que nadie las pise, un suelo frío, un instante secreto que dota a los objetos de vida propia, una ventana abierta al horizonte antiguo, un palacio o una catedral que se yerguen como un ciprés para recordar una vida interior más plena. Momentos a los que queremos o quisimos pertenecer pero nos está vedado regresar.
Apenas hay figuras humanas, no hace falta. Los objetos como tardes de melancolía se bastan a sí mismos para mostrar que quizás seamos nada ante su polvorienta eternidad, ante la carga de existencia que sobrellevan. Los objetos tienen vida propia, una vida ajena que en un tiempo pudo ser nuestra pero que quizás ya no lo sea. No hay mayor presencia que la ausencia. Los objetos permanecen mostrando extrañas correspondencias con su silencio ausente.
En el silencio de un cuarto, un pincel como una cuchilla rasga el lienzo de la realidad para inmortalizar e interpretar las ausencias con la profunda y mística sabiduría de que fuera de nosotros no hay nada, sólo nuestra mirada.

José Luis Garrido, escritor. 1998.

"Acordes para un soportal" ADQUIRIDO

Las ideas,
tenues gotas de lluvia rota, desgarrada…
caen, se deslizan por la almohada
y traspasando la tela de araña del fingido descanso
como fecundos acordes te empapan el alma,
te tienden la mano,
y al crepúsculo
indolentes de savia renovada
hacen germinar sigilosas
aquello que nos grita desde la distancia.
A veces,
el laberinto de los caminos de la realidad
no se deja ver por el frondoso follaje
de los setos de la imaginación.

Berta Sanz Aldea. 1998.


"Catedral de El Burgo de Osma" ADQUIRIDO

Luis Alberto nos deleita retratando con realismo objetos y personajes del siempre añorado pasado, añejos inmuebles del patrimonio soriano, parajes desolados de cruda belleza, manufacturas artesanales y fotos que a su vez son retratos de un siempre siempre ansiado y bucólico pretérito. Si acaso el cardo seco, que junto con los molinillos Elma y los frascos de medicinas reaparecen en la obra del autor a modo de fetiches seculares, es lo único que pertenece, efímeramente, al presente. El vidrio, la piel, la cerámica, la piedra, son las materias que él conjuga en sus cuadros en una rigurosa armonía de hondo sabor a raíz.
Es su trazo la ambición mora por la filigrana del techo nazarí, de la caligrafía sufí, o de la orfebrería toledana; obsesión que evidencia su anhelo de perfección, de belleza única, de eternidad.
Su color sin embargo es atemperado (velado en ocasiones por su afición al blanco y negro, referencia esta de la grisalla que induce de nuevo a rememorar el momento que nunca se podrá volver a vivir), pulido, consigue la extraña tesitura del laconismo místico y cordial, deseándose la espiritualidad de sus ambientes evocadores, a veces misteriosos.
Por tanto, habla la técnica de su carácter, formalmente bastante mozárabe, mientras que los colores hablan de su alma, castellana de raza, logrando en esta dualidad un sincretismo novedoso y prometedor.
En su temática naturalista, la composición es escenográfica, entrañable e incipientemente jeroglífica. Con su toque hiperrealista, Luis Alberto le hace guiños al mundo de lo onírico, del surrealismo, verdadera vocación del artista, hasta ahora envainada y que acertadamente blande por fin.

Pablo Jorge Delgado, escritor. 1998.

"Primeros pasos" ADQUIRIDO

Tardes melancólicas de historias trashumadas
reposan, se deslizan, se cobijan en la almohada.
Abismo nocturno de escenas ya pasadas,
Recortadas, desmembradas, quizás hasta olvidadas…
que con blanco guante abofetean la cara,
escupen veneno y los ojos arañan,
retándote desde la oscuridad a recordarlas.
Tal vez… ayer no dijeran nada,
y hoy no quieras escucharlas,
pero… ¿y mañana… quién podrá acallarlas?

Berta Sanz Aldea. 1998.

"Eterno equilibrio" ADQUIRIDO

La condena y la posibilidad es habitar el tiempo. No hay salida por la tangente. Tal vez pensar el tiempo en términos de puentes, de instantáneas antiguas recalificando el terreno del presente. Las imágenes, así, anticiparán más allá de nuestro lugar lo que tras la visión actual seremos. Porque la minuciosidad de la que es capaz el pintor -y sólo el pintor- nos resitúa las cosas como lo haría alguien que dispusiera en un cuarto vacío los elementos esenciales para habitar el tiempo, y sentirse como en casa. La percepción, entonces, nos hablará el lenguaje universal de la memoria del deseo. Finalmente nos reconoceremos obsesionados por el tiempo (fuera de la pintura, construimos torres y campanarios y les colocamos un reloj) pero no importará ya no poder salirse por la tangente. Habremos ganado un instante de conocimiento a nuestro tiempo.

Francisco Martínez, filósofo. 1998.

"Entre el espanto y la ternura" ADQUIRIDO

Sí amigos, todo un pequeño continente de vida, amores y trabajos está desapareciendo. Castilla, como una Nueva Atlántida, se sumerge para siempre engullendo gentes y paisaje. Un último guerrero numantino ha visto cambiar el arado romano por el PC, el adobe por el PVC y las forjas de hierro y madera por la carpintería metálica. El guerrero, desplazado por banqueros y funcionarios, se ha refugiado cerca del mar y pinta sin descanso todo aquello que aún recuerda. Él dice que es nostalgia. Nosotros sabemos que es resistencia.

Álex Tornasol, escritor. 1998.

"Medicina medieval" ADQUIRIDO

El artista como explorador de sueños, al igual que los poetas, debe llevar a la pintura lo que éstos a las palabras; el tiempo.
La pintura traiciona al tiempo, lo de marca, lo paraliza para manipularlo, lo somete a la muerte. Quien quiera puede evitar mirarla, pero debería abandonarse a contemplar los tintes, los acuosos colores, la pasta...
Cuando el artista sufre con el pincel en el lienzo sólo encuentra la liberación en sí mismo, en el sabor de su propia sangre; cuando nosotros observamos su obra, formamos parte de la presa de su libertad.

Juan Carlos Santos Romera, filósofo. 1998.

"El carrito de los helados" ADQUIRIDO


A veces resulta triste olvidar
y otras, tan necesario como el aire que se respira.
Mas al olvidar persiste el recuerdo,
como fiel acompañante de la perdida memoria,
y el fingido olvido se convierte
en constante lluvia de escenas pasadas.

Berta Sanz Aldea. 1998.

"A lomos de la memoria" ADQUIRIDO

Llega hasta mí, haciendo nula la distancia, el olor de la tierra mojada, cuando una lluvia sin prisa, lenta, suave, la ha acariciado; y el inconfundible olor a resina, sangrando gota a gota, llanto silencioso y amargo del árbol resignado; y colándose en toda esta añoranza, el olor del óleo, del aguarrás, del tiempo pasado con el pincel en la mano, del qué pintar, del intento por capturar tanta nostalgia, tanto recuerdo, tanta esperanza.

Berta Sanz Aldea. 1998.

"El ídolo" ADQUIRIDO

Luis Alberto Romero. Vinuesa 1998.
Otro otoño en la altura de Vinuesa
ha contado ya el verano en su botín,
ha llegado y al sol apagado ha puesto fin
en la tarde silenciosa. Llueve sobre la plaza vieja.
De “Vinuesa”, en tu cuadro, leída de un farol, estrecha la calleja,
sombría y solitaria es del espacio dueña. Casi recta,
antigua, su figura pétrea a los pies hurta sus huellas.
La hiedra y al fondo la torre retan al tiempo, como Castilla: Eterna.
Una muralla, que fue castillo, derruida, a la izquierda
con su imagen medieval, en fotograma chimeneas y tejas:
“Son testigos del ayer”. Dices a pincel gramatical, expresas
lo que añoras y sabes, lo que sientes, todo lo que quieres a esta tierra.
Has pintado el paisaje, el recuerdo y la idea juntos. Te inquieta
Quizá, que se olviden los usos y los objetos y que con ellos se pierda
el personaje y la leyenda y porque fueron, así permanezca.
“Sobre el lienzo compones sin palabras”. “Son versos del Arte. Es belleza”.
Sincero ya tiene cuerpo, el color preciso, las formas hechas, la textura exacta,
pero no calla. Te llama. Escucha que te dice: Mírate el alma, ponme el alma.

Daniel Alejandro Contreras Uriel, escritor. 1998.

"Agua oxigenada" ADQUIRIDO

Cascabel de la inocencia
es la idea consumada,
esqueleto de la paleta desvalijada.
Hojas del árbol caídas
cual mariposas de coloreadas alas recién estrenadas
revolotean sin descanso por el huracán de la nostalgia.
Gotas de sangre perfumada,
lágrimas de una vela olvidada ante la tumba solitaria.
Mareas desbocadas por la luna de la razón
que luchan, chocan y huyen atravesando el corazón.
Sinfonías de remotos silencios, de lejanas miradas,
de siempre añoradas palabras,
se consumen en el fuego íntimo y seductor de la trampa
que hay oculta tras cada pincelada.
Cascabel de la inocencia
es la idea consumada,
esqueleto de la paleta desvalijada.

Berta Sanz Aldea. 1998.

"Música otoñal" ADQUIRIDO


Ventana hacia el mar de acantilados y riscos,
olas que rompen en lágrimas por su inevitable destino,
pues jamás podrán llegar donde les está prohibido
y en su destierro de siglos, de sirenas y naufragios,
sueñan que algún día quizás encuentren el camino.
Y mientras, a este lado del mundo,
en su refugio del tiempo y entre recuerdos y libros,
el enamorado pintor se recrea inspira
con su olor, con su color, con su eterno movimiento,
deseando que sus húmedos labios le cubran de ideas los lienzos.

Berta Sanz Aldea. 1999.

"Inspiración" ADQUIRIDO

En la soledad del alma,
en el silencio del alba,
en la locura del drama,
llorando tu ausencia
mi corazón te llama.
Y, al igual que la rosa,
perdida su esencia,
entrega su color al viento,
el Amor, perdida la inocencia,
entrega su dolor al tiempo.

Berta Sanz Aldea. 1999.

"Rosa de infancia" ADQUIRIDO


"La vieja fábrica" ADQUIRIDO

"Casa en ruinas" ADQUIRIDO

"Ventanas con historia" ADQUIRIDO

"Busto de San Saturio" ADQUIRIDO

"Un breve instante entre dos tiempos" ADQUIRIDO

"Urano" ADQUIRIDO

"Retrato de Ali" ADQUIRIDO

"Retrato de Ignacio Riera" ADQUIRIDO

"Esperando a Luna" ADQUIRIDO

"Gotas de infancia" ADQUIRIDO

"Verano del 99" ADQUIRIDO



"Algodón hidrófilo" ADQUIRIDO

Te levantas en penumbra
en penumbra te vistes
sin etiquetas ni modas que te cobijen.
Descalzo y sin red
paseas por el día
y el día cadencioso pasa por el pincel:
…y devuelves la voz al pasado
gritando su fugaz presente
y su doliente “ya fue”,
… y envuelves del presente la nitidez
soñando el color de la mirada
que hubiera tenido alguna vez,
…y vuelves a creer en el tiempo
iluminando sus frágiles pétalos
para que así sean eternos.

Berta Sanz Aldea. 2000.


"El sonajero" ADQUIRIDO



El discípulo.

¡Maestro, maestro! Quiero saber…:
¿Por qué caen del árbol las hojas que el viento lleva?
¿Por qué la Luna es Luna aun cuando yo no la vea,
y de dónde han salido el Sol y tantas estrellas?
¿Por qué hay tanto silencio en esa ciudad de piedra
donde todos preguntan y nadie contesta?
¿Por qué los mayores gritan, se enfadan y quejan,
y van con tanta prisa adonde nunca llegan?
Y… responda: si el tiempo siempre se está acabando,
¿quién lo rellena?

Berta Sanz Aldea. 2001.

"El discípulo" ADQUIRIDO

1995-2004. Málaga. Un joven pintor profesional.

Es el tiempo de la autoafirmación. Luis Alberto depura su técnica bajo los consejos de su maestro, José Manuel Ruiz Blanco. El joven artista permanece durante un año como discípulo suyo. Aflora un modo más maduro de concebir la pintura. Sus nuevos conocimientos acusan en él su tendencia hacia el hiperrealismo. Es su maestro también quien le introduce en los ambientes artísticos de la provincia malacitana.

Todos estos movimientos dan paso a una pintura más rica, seria, variada, aún más detallista (por momentos absorta en la filigrana), convincente y luminosa. Los colores se enriquecen. Clásico en la ejecución, en la concepción vanguardista, es así que retoma la pintura academicista pero con aires nuevos de contemporaneidad (nuevas texturas, soportes, formatos distintos). Mantiene en esencia, sin embargo, la temática figurativa de su etapa anterior.

En el año 1996, presenta su primera exposición individual profesional. Se instala en Alhaurín de la Torre y monta su propia academia de pintura en Málaga capital. Son tiempos de esfuerzos ímprobos.

Pablo Jorge Delgado, escritor. 2010.

"Museo de Bellas Artes" ADQUIRIDO

"Plaza Montaño 1" ADQUIRIDO

"Fuera de cobertura" ADQUIRIDO

"Mercaderes"


"Sobremesa en el valle" ADQUIRIDO


"La fábrica del colorao" ADQUIRIDO

"Caballos místicos" ADQUIRIDO

"Lunas" ADQUIRIDO

"Azazael" ADQUIRIDO

"Azael" ADQUIRIDO


"Duérmete niña" ADQUIRIDO


"Cuéntame un cuento" ADQUIRIDO
 
"Biznaguero" ADQUIRIDO
 
"Cenachero" ADQUIRIDO
 
"La luz quedó en su respirar" ADQUIRIDO
 
"Mirando al valle" ADQUIRIDO
 
"Reflejos en el puerto" ADQUIRIDO
 
"Arcos junto al río" ADQUIRIDO
  
"Versos enamorados" "DESAPARECIDO"
 
"El caballero del tiempo"


"Érase una vez..." ADQUIRIDO

"Bodegón con sandía" ADQUIRIDO

"El hada del caracol" ADQUIRIDO


"Theriaca" ADQUIRIDO


"Rosmarinus" ADQUIRIDO

"El Compromiso" ADQUIRIDO

"Mirabile visu" ADQUIRIDO


"Estudio del río Duero" ADQUIRIDO


"Retrato otoñal" ADQUIRIDO



"La Virgen María" ADQUIRIDO

"Piedad para 2004" ADQUIRIDO

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